viernes, 2 de junio de 2017

Niños Mutantes- Diez. Una crítica.



Diez es el título del, precisamente, décimo disco de Niños Mutantes –incluyendo la compilación Canciones para el primer día en la tierra-. Publicar diez discos no es tarea baladí y todavía es más meritorio en el caso de la banda granadina; veinte años de carrera prácticamente sin cambios en su formación y con una repercusión limitada durante muchos años. Esta repercusión se ha ampliado gracias a sus dos trabajos anteriores: Náufragos y El Futuro, en gran parte facilitado por una suavización general de su sonido, ahuyentando la distorsión tan presente hasta entonces, en busca de estribillos coreables que les han hecho acceder a un mayor espectro de público. La publicación de Mutanciones, disco de homenaje con otras bandas interpretando sus canciones también ayudó lo suyo. Cierta renuncia a sus principios y el incremento de popularidad acabó pasando factura, al provocar tensión, hartazgo y una cierta extenuación que casi les hace arrojar la toalla después de tanto tiempo.


La incertidumbre ante el camino a escoger provocó un cierto escepticismo ante el nuevo trabajo pero los mutantes demuestran que son chicos listos; reconocen su error,  recuperan su esencia, dejan atrás tanta accesibilidad y entregan un disco rockero, veloz y lleno de aristas. Para lograrlo, tuvieron el acierto de irse a grabar Diez en casa del mítico Youth (Killing Joke) confiando los mandos de la producción a César Verdú y Abraham Boba (León Benavente) –con escasa experiencia como productores pero muchísimo bagaje como técnicos de sonido- y estos han sabido inocular el punto necesario de rabia, fuerza y tensión. Un retorno a las fuentes rock, punk y post-punk que habían perdido en sus últimos trabajos, plasmado en unas agresivas guitarras eléctricas desterrando al rincón de pensar a las acústicas, unos bajos vigorosos que refuerzan y enriquecen el esqueleto de las canciones, complementando a la perfección una batería tan poderosa como versátil, sazonándolo todo con unos sintetizadores que se adaptan perfectamente al ritmo de las canciones, mientras Juan Alberto continúa cantando en su estado de gracia habitual. Consiguen dotar al disco de un tono oscuro y musculoso que recorre todo su armazón y se refleja en canciones tan contundentes como directas.


La primera cara de Diez sorprende por la alta calidad de todos sus temas; se abre con el crudo riff krautrockero de Menu del Día y su letra sobre la alienación, en la confesional y autoreivindicativa NM el bajo crepitante se impone sobre las bellas texturas que crean el resto de instrumentos, Jovencita supone un puñetazo punk en la mandíbula. Pero sobre todo, destacan dos canciones; la píldora de tenso rock electrónico que supone Glaciares y Volcanes y la tan ochentera como descreída No Continuar, que suponen los dos mejores temas del disco y a la altura de las mejores canciones de su carrera.


La segunda cara se abre con el primer single, la naturalista Pura Vida, un tema ampuloso en torno a un turbio y bluesero riff de guitarra destinado a ser un himno en sus conciertos aunque peca de una cierta reiteración en su estribillo. Continúa con una gran línea de bajo en Balada del Hombre Libre y su crescendo sostenido hasta el final del tema. FGL es un homenaje a Federico García Lorca, pero no al poeta romántico más topificado sino al de los versos más tensos y amenazantes de Poeta en Nueva York. Sigue con Salmo, una pieza de rock americano en que resalta la monolítica batería mientras desgrana una oración acusadora para terminar con El Instante, tema que se inicia en tono bajo para desparramarse finalizando el LP con gran intensidad.


Con Diez, Niños Mutantes reflejan reflexión sobre los últimos años, recuerdan de donde proceden y qué les llevo a ser lo que son y, una vez reforzados en su identidad lo plasman, ansiosos, en un disco formidable. Posiblemente no sea el mejor disco de su carrera pero es, con diferencia, el más necesario. Diez no es un paso adelante si no un retroceso, un coger carrerilla para saltar con mayor impulso. Tiene gran mérito invertir la tendencia en que se hallaban imbuidos y no continuar por inercia hasta saltar en pedazos. Siempre hemos querido a Niños Mutantes y les hemos admirado como músicos pero ahora, además, alabamos su coherencia.
 PURA VIDA 


NM

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DIEZ en Spoti

2 comentarios:

  1. He escuchado canciones sueltas así que te usaré para echar una oreja a lo nuevo
    Besos

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    1. Ya me dirás qué te parece. Pienso que hay varias canciones que pueden gustarte.
      Besos.

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