sábado, 14 de octubre de 2017

Arcade Fire- Everything Now. Una crítica


Más de tres años después de Reflektor, los canadienses Arcade Fire anuncian su nuevo disco Everything Now. Enorme expectación, no en vano son junto a Radiohead los grupos más influyentes del pop-rock de la última década, que se incrementó al anunciar que su nueva obra sería un disco de pop ligero, variando respecto el disco doble anterior quizá conscientes del esfuerzo que suponía escucharlo entero (dudo que lo haya hecho nadie en los últimos 2 años) por largo y por inconsistente.


Con estas expectativas nos disponemos a escuchar el disco. Se inicia con Everything Now (continued) que no es más que una intro, un interludio que deja paso a la canción que da nombre al disco y que ha sido un perfecto primer single; exuberante, contagioso y directo a la pista de baile, con ecos de Abba y pop sueco en general y en el que cabe de todo en sus cinco estelares minutos: ritmos de electrónica setentera, coros gospel, sonoridades templetonianas e incluso flautas africanas. Tras esta gozada llega Signs of Life, en la que beben del Philadelphia Sound y los Bee Gees para lograr un tema de funky discotequero gracias a bajos y unos acertados sintetizadores. Las siguientes Creature Comfort y Peter Pan destacan por las baterías electrónicas y, de nuevo, los sintetizadores aunque en ambos casos una estructura reiterativa y un tratamiento vocal gritón por parte de Win junto con unos coros molestos arruinan ambos temas, llegando a aburrir la segunda. Continúa con Chemistry, con una extraña combinación de arreglos ska, riffs rockeros y una excesiva repetición con un machacón uso de la palabra que le da título. Una canción horrible, de lo peor que han hecho nunca.


La segunda mitad empieza con las dos versiones de Infinite Content, inferiores ambas a dos minutos. La primera es frenética y desbocada, moviéndose en coordenadas similares a temas anteriores como Month of May o, incluso, No Cars go consiguiendo un buen tema. La segunda vendría a ser su reverso tranquilo, con un aroma country lánguido bastante desafortunado haciéndose fatigosa pesar de su corta duración. Tras ella llega Electric Blue, en la que Régine tiene total protagonismo aunque se pasa de rosca con un registro muy agudo y el abuso del falsete, transformando la pretendida emotividad en molestia para el oyente.


En estos momentos Everything Now se ha desmoronado totalmente y uno ya empieza a estar hastiado de tanta inanidad. Justo aquí, llega la sorpresa al guardarse para el final una triada de canciones de muchos quilates: Good God Damn marcada por un bajo funkie y una interpretación que recuerda al Bowie más crooner. Put your Money on me, un tesoro, con una base electrónica que vertebra toda la canción –al estilo de We Exist- logrando un tema delicioso que se convierte en la mejor canción del disco incluso a la altura de los grandes temas de los canadienses. En We don’t deserve love rebajan el tono y de la mano de unos vaporosos y bellísimos sintetizadores nos conducen a un emotivo crescendo marca de la casa, en el que los coros delicadísimos de Régine se ensamblan a la perfección con la sobriedad de Win al cantar dando como resultado una preciosa canción de seis minutos. El disco se cierra con Everything Now (continued), tema regido por unos pausados teclados que producen el efecto de un barco llegando a puerto tras la travesía. El inicio y el final tienen el mismo título para reforzar un punto de vista circular y conceptual.


Para producir el disco, han aparcado a James Murphy que produjo Reflektor y se han rodeado de gente como el bajista de Pulp, Steve Mackey, Thomas Bangalter de Daft Punk, Geoff Barrows de Portishead y el ya utilizado anteriormente Markus Dravs. Entre todos ellos han conseguido un sonido añejo con una destacadísima presencia de sintetizadores y varias baterías eléctricas, aunque también es cierto que tanta nómina de colaboradores ha acabado redundando en una cierta dispersión. En las letras siguen ahondando en sus conceptos fundamentales: el amor imperecedero, la muerte, el suicidio y, en esta ocasión, incluso es un trabajo pseudo conceptual sobre la influencia de la tecnología en la sociedad actual y, especialmente, el consumismo desenfrenado en que se ha convertido el capitalismo y la necesidad de conseguir y saciarlo todo con inmediatez, sin espera, de aquí el omnipresente Everything Now. 


Everything Now es un disco irregular, casi de transición. Oscila entre momentos muy álgidos como el súper single Everything Now (aunque tanta efectividad le convierte en perecedero a corto plazo) y especialmente la triada final Good God Damn, Put your Money on me y We don’t deserve love y momentos de vacuidad o piloto automático importantes como Chemistry, Peter Pan o Electric Blue. Son suficientes cinco buenas canciones para salvar un disco? Posiblemente sí, aunque es evidente que no es, ni de lejos, su mejor trabajo y viniendo de un grupo como Arcade Fire, sabe a poco. Cabe decir que si este fuese su disco debut, no trascendería en absoluto y solo se recordarían un par de temas. Con Everything Now, Arcade Fire confirma el adiós definitiva a la épica arrebatada que los alumbró hace ya más de diez años para adentrarse en otros caminos que transitan con desigual fortuna.

EVERYTHING NOW 

PUT YOUR MONEY ON ME

SIGNS OF LIFE

Everything Now en Spoti

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