sábado, 25 de marzo de 2017

Animic- Skin. Una crítica




Los últimos años de la trayectoria de Animic demuestran que son un grupo nada acomodaticio. Dejaron atrás su folkie original para adentrarse en la oscuridad de la mano de su magnífico Hannibal y ahora, más de tres años después, dan una nueva vuelta de tuerca en su nuevo trabajo, Skin.


En Skin, renuncian definitivamente a la batería –que tocó Louise Sansom en el disco anterior- ocupándose ella en exclusiva de las voces y Ferràn Palau aparca su guitarra (después del éxito de su disco y gira Santa Ferida), para situarse detrás de los teclados ayudando y complementando a Juanjo Montañés para potenciar sintetizadores, bases y arreglos electrónicos varios. Estos cambios provocan un claro viraje hacia la electrónica en un salto sin red y de elevado riesgo.


El disco se inicia con la sorprendente y recargada base de Gem seguida por la aparición de unos densos teclados, sobre los que se impone sin dificultad la preciosa voz de Louise, en una canción que nos da la pauta de su nuevo sonido. Continúa con TV incorporando elementos del tecno más industrial para aumentar la velocidad, a base de bpms, en Glass, para inducirnos a bailar en un efectivo viaje de escasos tres minutos. En Silence frenan y adoptan un tema intimista para narrar la tensión y dolor del fin de un romance.


La segunda cara se abre con la rítmica Inhuman, que a pesar de su inicio casi reggaetonero acaba convirtiéndose en una de las joyas del disco, con una letra en que denuncian la deshumanización aceptada que provoca la tecnología. A continuación, Slave y su grata maraña de ruidos envolventes. En Hidden, Louise se desnuda emocionalmente en esta canción dedicada a su hijo, logrando un tema tan emocionante como escalofriante. Termina el disco con la efectista Whales para cerrar una cara B ciertamente destacable.


Skin es un disco tan acertado como sorprendente. Los elementos electrónicos quieren ser los protagonistas pero quien termina siéndolo es la magnífica voz de Louise Sansom, en un auténtico tour de force, demostrando su enorme versatilidad como cantante. Los rítmicos arreglos electrónicos de Inhuman o Slave les emparentan con los fantásticos últimos trabajos del danés Anders Trentemøller. En TV y Whales se cuelan algunos retazos de Nine Inch Nails o Machine Head. En la magnífica Gem y las intimistas Silence y Hidden nos recuerdan, por momentos, a los añorados Fang de Mariona Aupí e incluso a unos Portishead desnudos. Tan solo en la espídica Glass tenemos la sensación de que se les ha ido un poco la mano. En cuanto a las letras siguen con sus temas descreídos, desesperanzados y con un punto de pesimismo.


Disco cortísimo, 8 canciones para 31 minutos, de elevado riesgo pero del que salen airosos, logrando un gran disco que nos deja canciones realmente destacables como Gem, Inhuman o Slave. Profundizan en el camino iniciado en Hannibal, bien adentrados en la oscuridad –darkwave de alta calidad- pero le añaden una paleta de arreglos electrónicos consiguiendo salir airosos del envite y dejando todavía más atrás a los Animic de sus primeros trabajos, afianzándose en su sólido y prometedor presente, dejándonos con muchas ganas de poder presenciar la traslación al directo de su novísima propuesta, Skin.


Como colofón, comentar que cada canción tiene un videoclip realizado por un director diferente y que complementan perfectamente al disco.

GEM

SLAVE

INHUMAN

Skin en Spoti 

2 comentarios:

  1. Me encantan estas entradas musicales tuyas que se salen de lo habitual y me siguen descubriendo música.
    Escuchada Glass no ha sonado nada mal, sigo
    Besos

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    1. Muchas gracias. Si te sirve para descubrir buena música, nosotros encantados.

      Besos.

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