martes, 27 de octubre de 2015

El Lado Oscuro de la Broca- Beta. Una crítica.




El pasado mes de marzo los zamoranos El Lado Oscuro de la Broca presentaban su primer disco, Beta, de la mano del sello El Genio Equivocado. Al ser su debut podrían parecer unos recien llegados pero lo cierto es que el grupo se formó en 2008 y ya habían publicado varios EP que colgaron en su bandcamp (donde siguen disponibles).



El anticipo en forma de single de presentación, Los líderes africanos, ya consiguió llamar la atención y centrar muchos focos en el grupo. Un tema inmediato y de gran pegada, repleto de guitarras entrecruzadas que asfixian la melodía mientras resuena la letanía del estribillo: ”lo nuestro es tener paciencia/ tener paciencia” dotando al tema de un encantador aire pop entre tanta agresividad. Una de las mejores canciones del año.


Pero el disco es mucho más que este magnífico avance, ya que el resto de canciones están a la altura. La inicial Meseta, con su engañoso primer minuto de tono amable no presagia en absoluto la intensidad de Beta, sigue De Luces con su deriva hacia unas palmas aflamencadas que se funden en una catarsis instrumental que llega a recordar a los Lagartija Nick de Omega. La vigorosa parte central del disco, con Verdad Lebrel- Toma, Mono, Fuma- L.A.M.E y Dino Baggio (recuperada de su primer EP, dotándola de cierto coqueteo con el krautrock), abrasivas canciones que se tornan claustrofóbicas por el peso de su poderosa exhuberancia instrumental convirtiéndose en cuatro sónicas granadas de mano sobre la mente del oyente.


Café en el circo romano supone un ligero respiro al principio hasta que empieza a crecer y acaba desbordándose en un final trepidante siguiendo el ritmo que marca un bajo inmisericorde –con reminiscencias de Parálisis Permanente-, cerrando el disco con Tropical que se inicia con un arreglo muy pop y que acaba desembocando en otra tormenta instrumental cerrando de manera contundente el disco.


Beta es un gran disco que aprovecha el camino abierto en nuestro país por grupos como Triángulo de Amor Bizarro, Disco las Palmeras e incluso El Columpio Asesino para situarse en un punto equidistante entre el shoegaze más acelerado, el noise y el post punk gracias a una efectiva y rabiosa combinación de guitarra-bajo-batería con unos desbocados sintetizadores, salpicado todo por gotas de feedback abrasador y una voz que se sitúa en un punto justo, sin estar totalmente ahogada pero renunciando a ser la protagonista del tema siendo, en ocasiones, un mero conductor hasta la explosión instrumental con que finalizan las canciones que. Además de las cercanas referencias  mencionadas, reminiscencias de Mogwai, Jesus & Mary Chain, Sonic Youth, Big Black e, incluso, de los Radiohead más intensos y rabiosos salpican los surcos del disco.


El Lado Oscuro de la Broca se han tomado su tiempo para entregarnos su primer LP pero con Beta han dado en toda la diana con un sonido muy compacto y trabajado, mostrando una gran personalidad sin ser, en absoluto, unos lebreles sino que logran atrapar al oyente en la telaraña hilada por sus trenzadas guitarras.

OTROS DISCOS: PODEROSA

LOS LÍDERES AFRICANOS

DINO BAGGIO

MESETA

BETA en Spoti

domingo, 11 de octubre de 2015

The New Raemon- Día de Difuntos (single) y El Yeti EP. Una crítica.

DIA DE DIFUNTOS


Con motivo del pasado Record Store Day, la discográfica BCore Disc publicó, exclusivamente en vinilo, el single Día de Difuntos. Dos canciones extraídas de las sesiones del disco Oh Rompehielos de The New Raemon pero que finalmente no se incluyeron en él.

El single está compuesto por Día de Difuntos y Contrapunto. Dos temas rítmicos y animados, destacando especialmente el que da título al single, que con su guitarra y bajo en primer plano y su enérgico estribillo recuerda poderosamente a Madee. Día de Difuntos es una muy buena canción que merece la pena publicitar ya que puede quedar algo oculta dentro de una edición de tirada limitada.



EL YETI E.P.



Hace un par de meses The New Raemon publicó su nueva grabación, el EP El Yeti. Empieza con la canción del mismo nombre que ya conocíamos de Oh Rompehielos y que fue una de las sorpresas del disco. Residencia de Ancianos y Efecto Invernadero son dos buenos temas de ritmo sosegado que mantienen el tono intimista de la segunda mitad del larga duración pero que, posiblemente, no se hayan incluido en él para no desequilibrarlo en favor de la vertiente más dramática y desolada.

Las otras tres canciones son versiones de otros artistas. Ramón Rodríguez ha dado sobradas muestras de su gran capacidad para realizar grandes versiones llevándolas a su terreno (Te debo un baile de Nueva Vulcano, Que tinguem sort de Lluís Llach, Pollo Frito de Manos de Topo entre otras muchas). En esta ocasión se atreve con Maldiciones Comunes de Julio de la Rosa, a la que ralentiza y lleva fácilmente a su terreno desde el pausado inicio, dotándola de un crecimiento continuado hasta desbordarse en un  exuberante final. L’Estrany es una arrebatadora e intensa versión de Mishima, que demuestra lo buenas que son las canciones del grupo catalán cuando están bien cantadas y la instrumentación no está supeditada a la guitarra acústica. Termina con Los niños del mañana de Love of Lesbian, que es la versión más fiel a la original.

Una agradable curiosidad este EP en el que destacan las 2 canciones propias y, especialmente, la gran l’Estrany.

 

lunes, 5 de octubre de 2015

Jonas Jonasson- El abuelo que saltó por la venta y se largó



El abuelo que saltó por la ventana y se largó es el título de uno los libros de más éxito de los últimos años. Si tenemos en cuenta que fue el debut de un autor desconocido por estos lares, Jonas Jonasson, y que se publicó en editoriales relativamente pequeñas, Salamandra y La Campana –en castellano y catalán respectivamente-, su gran repercusión es aún mucho más meritoria.



Como por aquí somos un poco alérgicos al excesivo ruido ambiental que producen este tipo de fenómenos de ventas (comentario snob donde los haya pero cierto como la vida misma) hemos esperado un tiempo prudencial para leerlo. Casi 3 años después es un buen momento para hacerlo ya que se ha desvanecido toda la publicidad a su alrededor.



Su inicio lo conoce cualquiera que haya estado medianamente atento a los medios de comunicación en estos últimos años: En el día que cumple 100 años, Allan Karlsson se despierta en la residencia de ancianos donde vive. Cansado de estar encerrado, en lugar de prepararse para la fiesta que le espera, abre la ventana de su habitación, y desciende  por el emparrado hasta llegar al jardín y huir del lugar. Poco a poco, llega hasta la estación de autobuses y compra un billete con el poco dinero que tiene en la cartera. Mientras espera topa con un joven que arrastra una pesada maleta. Como el joven es un idiota malcarado, Allan aprovecha que el muchacho está en el lavabo para subir al autobús con su maletón sin saber que contiene millones de coronas suecas en su interior.



Al llegar a su destino –aunque sea elegido casi al azar- se hace amigo de Julius, el habitante de una cabaña cercana a la estación. Hasta su cabaña llega también el joven –siguiendo el rastro del abuelo y, especialmente, de su maleta robada-. Nuestro protagonista y su amigo consiguen deshacerse de él y emprenden una huída –para la que adquieren un coche con chófer, Benny- cargando con la maleta rebosante de dinero.



A partir de este momento, Allan y sus nuevos amigos siguen viajando, suman peripecias y nuevos conocidos a su grupo, mientras les persigue la banda de la que formaba parte el joven delincuente y también la policía que, en un alarde de inteligencia, cree que el abuelo ha sido secuestrado.



Mientras todos estos acontecimientos se suceden, Allan explica retazos de su tumultuosa vida: su juventud, la participación en la Guerra Civil Española, su relación con la operación Manhattan, la visita a la China de Mao, su amistad con Josef Stalin y su estancia en un campo de trabajo en Vladivostok, etcétera, etcétera, etcétera.



Y así, alternando capítulos entre el presente y la huida de nuestros protagonistas con la narración de la vida de Allan y su presencia en la mayoría de hechos históricos importantes del S. XX, transcurren rápidamente las páginas.



El autor, chico listo, consigue dotar a la trama de un tono ligero y un ritmo vertiginoso que engancha con facilidad a los lectores. Utiliza un punto de vista ligeramente irónico para narrar la acción que consigue abundantes sonrisas cómplices y más de una carcajada. Todo esto provoca que sea una lectura adictiva y además, mérito incuestionable, consigue que tanto Allan Karlsson como sus amigos caigan bien y que se les coja aprecio, por lo que la lectura avanza con fluidez manteniendo siempre la intriga para saber cómo se desarrollan las aventuras del grupo.

Todos estos méritos son los que han provocado que El abuelo que saltó por la ventana y se largó haya logrado convertirse en un best seller y haya sido tan regalado.



Pero, pero, pero, a pesar de reconocerle todos estos méritos en conjunto nos ha sabido a poco. El tono es tan ligero que más bien parece una novela juvenil -incluir alguna descripción no habría estado de más-. Los personajes están poco desarrollados y su comportamiento responde demasiado al azar. La narración de la vida de Allan Karlsson padece el síndrome Forrest Gump: el hecho de querer abarcar demasiadas cosas, de tener presencia protagonista en tantos episodios históricos importantes provoca cansancio en el lector que asiste con distanciamiento a la narración de los hechos.



La suma de estos elementos provoca que el interés por la historia se desmorone y llega un momento en que se desea que termine, siendo el resultado final del libro bastante irregular.




El abuelo que saltó por la ventana y se largó es un libro que tiene sus méritos y Jonas Jonasson demuestra que sabe tocar los resortes adecuados para conectar con el lector, aunque posiblemente guste más a un público no demasiado exigente.  



De todos modos, es preferible que se produzca un fenómeno de ventas con un libro como éste, que pretende divertir y cuenta con un cierto componente histórico didáctico, antes que con alguna otra trilogía repleta de vacuidad y amparada en unos argumentos pretendidamente escandalosos que no reflejan más que la tontería imperante en nuestra sociedad de consumo demandante de productos prefabricados y predeglutidos.



Jonas Jonasson en la Wikipedia
Jonas Jonasson

Recomendación: 
No eludir la lectura de best-sellers por el mero hecho de serlo. Te puedes perder cosas interesante y siempre queda la opción de ponerlos a caer de un burro.
Durante la escritura de esta reseña escuché el nuevo disco del gran John Grant, Grey Tickles, Black Pressure. El divertido Say Hello to the Kid de los injustamente desconocidos Jugoplástika, el decepcionante Maximum Entropy de Man Without Country y el tranquilísimo Daisies of the Galaxy de uno de nuestros ídolos, Eels.