jueves, 30 de mayo de 2013

W.R. Burnett- La Jungla de Asfalto. Una crítica.




En mi última incursión en la Biblioteca Pública, las ganas de leer una novela negra clásica, el querer un libro que fuese acierto seguro así como el efecto amplificador de la película, considerada una de las mejores de la historia del cine, provocaron que La Jungla de Asfalto (W. R. Burnett) fuese la obra escogida para llevar a mi mesita de noche.

Y el libro tiene un inicio de lo más prometedor narrando como Erwin Doc Riedenschneider sale de la cárcel. Éste, un genio planeando atracos, ha urdido dentro de ella su próximo golpe; el robo a una joyería hasta la fecha inexpugnable y como botín una cantidad jamás antes alcanzada. Para ello forma una banda de especialistas: el conocedor de los secretos de todas las cajas fuertes, el chofer escurridizo y el hombre duro perfecto; distante, contundente y equilibrado. Estos hombres, reclutados en los bajos fondos de una ciudad que bien podría ser Chicago, atesoran la esperanza de poder iniciar una nueva vida con el reparto del botín, dejando atrás la que se han visto abocados a llevar hasta el momento.

A la vez propone la financiación de la operación al prestigioso y bien relacionado abogado Alonzo D. Emmerich para poder colocar posteriormente las joyas.

Hasta aquí el planteamiento inicial de la historia. Al transcurrir la misma, el lector contempla como el apriorísticamente plan perfecto se va desmoronando por varios motivos: la situación de ruina financiera que provoca la codicia del todopoderoso abogado (debido a su pasión por las jovencitas caprichosas), el azar traducido en mala suerte en el rebote de una pistola contra el suelo así como la tenacidad y el fino olfato del comisario de la ciudad, Theo J. Hardy. Todo esto provoca que a pesar de conseguir robar las joyas la colocación de las mismas sea imposible fracasando todo el plan.

Como ejemplar novela negra clásica – escrita en 1949- la narración en La Jungla del Asfalto es seca, concreta y poco (o nada) dada a sentimentalismos. Los personajes están llenos de defectos e imperfecciones pero a su vez, tienen una lealtad inquebrantable hacia sus compañeros de fechorías exceptuando el abogado Emmerich, personaje repulsivo al que le han vencido sus bajas pasiones.

Destacaría el excelente perfil psicológico que traza el autor de cada uno de los personajes así como el perfecto ensamblaje de todas las piezas de la historia hasta desembocar en el final de la misma.

Qué gratificante es confirmar un anticipado acierto seguro.

W.R. Burnett en la Wikipedia


Recomendación: 
en ocasiones parar de golpe y volver la vista atrás recurriendo a la novela negra más clásica: Dashiell Hammet, Raymond Chandler,  Jim Thompson y Vernon Sullivan.

Escribiendo esta reseña escuché Dualize de L.A., Casanova de The Divine Comedy (soberbio) así como el maravilloso Mask de Bauhaus.

2 comentarios:

  1. Amen!
    Me encantó, no se pierde en tonterías y tienes la seguridad de estar leyendo una novela negra.
    Una gran elección
    Besos

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  2. Gracias por el aporte, exacto, tiene ese toque seco, áspero y concreto de la novela negra más clásica.

    Besos.

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